Ejercicio 5 - Caza de conejos
Referente 1: Mario Levrero - Caza de conejos
Referente 2: Ana Silva - Desde la ventana
Para este ejercicio comiencen con tres o cuatro elementos que pueden ser cualquier cosa: objetos, personas, animales, acciones, lugares. A partir de ellos, escriban historias o reflexiones cortas (propongo de entre dos y siete líneas), explorando la manera en que pueden relacionarse, sus conexiones y desconexiones, la manera en que se acercan o repelen.
NO DEBE HABER CONEXIÓN SECUENCIAL O CAUSAL ENTRE ELLOS (sí, en mayúsculas).Otra cosa que no es: historias paralelas en un mismo lugar (como, por ejemplo, cuentos de los distintos apartamentos en el mismo edificio, o de personajes de un pueblo o vereda, o de pasajeros en un avión, o de personas que toman la misma clase).
Es un ejercicio para entender cómo estos elementos, al ponerse unos con otros, van generando movimiento, fricción, sentido, posibilidades, historias, relaciones. Y cómo hay otras formas distintas a la causalidad o la coincidencia o la sincronicidad para darle coherencia a una serie de textos breves.
A medida que avancen, quizás noten que los elementos se agotan, que se acaban las cosas que decir. Si les pasa, inserten algo nuevo.
Y sobre la forma en la que se relacionan estos elementos, como ven en los referentes, hay distintas aproximaciones. Se puede ir por el mundo fantástico, cercano a los cuentos de hadas, que nos muestra Levrero, pero también quedarse en lo cotidiano y realista, como lo hizo Ana Silva, que se pasea por las relaciones entre gente, cosas y espacios que podemos reconocer al asomarnos por la ventana.
Es un ejercicio para entender cómo estos elementos, al ponerse unos con otros, van generando movimiento, fricción, sentido, posibilidades, historias, relaciones. Y cómo hay otras formas distintas a la causalidad o la coincidencia o la sincronicidad para darle coherencia a una serie de textos breves.
A medida que avancen, quizás noten que los elementos se agotan, que se acaban las cosas que decir. Si les pasa, inserten algo nuevo.
Y sobre la forma en la que se relacionan estos elementos, como ven en los referentes, hay distintas aproximaciones. Se puede ir por el mundo fantástico, cercano a los cuentos de hadas, que nos muestra Levrero, pero también quedarse en lo cotidiano y realista, como lo hizo Ana Silva, que se pasea por las relaciones entre gente, cosas y espacios que podemos reconocer al asomarnos por la ventana.
Por último, hay condiciones para el comienzo y el final:
* el comienzo es un prólogo (otro cuento minúsculo en el que, como si fueran un maestro de ceremonias, se presentan al público esos elementos que estarán mutando el resto del texto)
* el final es un epílogo que despide a los lectores de ese mundo donde han pasado un rato.
Obviamente, prólogo y epílogo son lo último que se escribe (porque solo al final sabrán qué elementos movilizaron en sus textos).
Comentarios
Publicar un comentario